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jueves, 7 de noviembre de 2024

Vamos a ver: "LUCES DE BOHEMIA de Ramón M. del VALLE-INCLÁN (2º BACH.)


   Sobre el espectáculo

    En un Madrid convulsionado por una revuelta social provocada por la precariedad de las clases obreras, la cual es reprimida salvajemente por las fuerzas policiales, el poeta ciego Max Estrella emprende un periplo nocturno junto a su compañero de fatigas, el golfo Latino de Hispalis.

    El viaje comienza con el propósito de enmendar la mala venta que Latino hizo de unos libros, pero tras el obligado paso por la taberna de Picalagartos y la búsqueda de un prometedor décimo de lotería —capicúa de siete y cincos—, la noche se enreda y les conduce por algunos de los lugares más característicos de la noche madrileña, donde se encuentran con personajes propios de aquel Madrid "absurdo, brillante y hambriento", como lo calificó el propio Valle-Inclán.


      Nota del director

    En el Teatro Español tenemos muchos motivos para representar Luces de bohemia, más allá de nuestra sempiterna pasión por Valle-Inclán y de que sea una obra trascendental de nuestro repertorio; quizás la pieza dramática más bella, más importante de la literatura dramática española del Siglo XX.

    De entre todos los motivos uno, si quieren, de carácter institucional, es celebrar en este 2024 el centenario de su edición definitiva. Es sabido que, aunque parte de la obra había aparecido por entregas en el semanario España durante cuatro meses de 1920, su edición completa en libro, con variaciones decisivas, tal y como la conocemos hoy se publicó en 1924 (...)

    Otra razón de gran peso, más vinculada con nuestro amor a la profesión, es que, por increíble que parezca, el periplo del poeta ciego y el golfo hispalense durante la noche madrileña nunca se había representado sobre las tablas de este teatro (...)

    Conviene recordar que hasta los años 60 no comenzamos a dar al teatro de Valle-Inclán la consideración que merecía, sobre todo en escena, así que podemos hablar de don Ramón como de un clásico reciente de nuestro repertorio escénico, acaso ya (con permiso de Lorca y los áureos) el más estimado, el más admirado por un oficio que tuvo que desarrollar lenguajes nuevos y dejarse calar por las vanguardias para asimilar aquella propuesta postmodernista, que se antojaba casi como un enigma. Y aquí estamos los del teatro: tratando de representarlo mientras intentamos entender y asimilar su densidad estética, deslumbrante e inalcanzable.

    Como sucede con todas las grandes obras, Luces de Bohemia aparece en cada época, en cada generación, como un faro que ilumina el presente y, en nuestro caso, lo hace desde un pasado que nos pertenece, y que nos ha convertido en lo que somos: herederos de los hipogrifos de Calderón, de los caprichos de Goya, de Quevedo y Cervantes, y de los folletines y las parodias escénicas de aquel Madrid absurdo, brillante y hambriento… Por eso necesitamos retomar en escena cada cierto tiempo la elegía de Malaestrella, y reencontrarnos con aquella sátira, ¡tan española!, tan lejana en estos tiempos en los que parece vetada la práctica del humor inteligente en este país hipersensible.

    Nuestra lectura parte de algunos estímulos conocidos e inevitables que envuelven tanto a Valle como a la propia obra —espejos cóncavos, la deformación grotesca, el expresionismo o el distanciamiento— sazonados con otros menos habituales y que forman parte, para nosotros, del imaginario concreto e indispensable de este genuino género esperpéntico y que van desde el sainete, la opereta y el género chico hasta el Grand Guignol o los asombrosos títeres del Teatro dei Piccoli de Vitorio Podrecca.

    A partir de aquí y contando con un reparto extraordinario —que es lo que realmente marca la diferencia—, hemos jugado la obra buscando sus vínculos con nosotros y con ustedes, tratando de que este viaje castizo por los madriles de antaño nos haga pensar en los de hogaño y lleguemos, quizás,  a alguna reflexión constructiva, sobre temas fundamentales, que nos acerque a consensos que tanta falta hacen.                                                       (Eduardo Vasco)

TRÁILER de la función

DESPUÉS DE VER LA FUNCIÓN.....                                                                      

    Una vez hayáis visto la obra, debéis escribir vuestros comentarios en esta entrada del blog. Poned vuestro nombre, las iniciales de vuestros apellidos y el grupo en el que estáis. Tenéis este posible guion para las respuestas:

1. ¿Qué os ha parecido la función?
2. ¿Tiene actualidad el tema que trata? ¿Podrías establecer analogías entre las situaciones que refleja la obra y la actualidad?
3. ¿Qué aspectos destacaríais de la obra: interpretación, escenografía, iluminación, música, vestuario...? Analiza lo que más te haya llamado la atención de todos estos elementos fundamentales de la representación teatral.

El plazo para enviar la reseña termina el sábado, 30 de noviembre a las 23,59 h.

En función de la calidad del comentario, la notas irán de 0,2 a 0,5 p.

Por supuesto, no vale copiarse de las opiniones de los compañer@s.

Espero que disfrutéis de esta actividad voluntaria.



domingo, 16 de octubre de 2022

Vamos al teatro (2º BACH.): "LA CABEZA DEL DRAGÓN", de Ramón Mª del Valle-Inclán


 


pdf de "La cabeza del dragón", de Valle-Inclán

    Por si queréis leer el texto de Valle, ahora que habéis visto la versión escénica de Lucía Miranda...

Sinopsis de 'La cabeza del dragón'

El María Guerrero convertido en un tablado de marionetas gigante para educación de príncipes, donde los príncipes somos nosotros, el público. Un grupo de actrices y actores menores de treinta y un autor de repertorio canónico, convocados a un duelo de los que le gustaban al autor.

La cabeza del dragón es la historia de un joven (de tantos…) que se rebela ante el designio heredado y comienza un viaje para encontrarse a sí mismo, la lucha perpetua entre la juventud y la imposición de lo establecido, de la autoridad. Y hay amistad, y hay un bar, y un amor imposible, y un cara a cara con la muerte.



La cabeza del dragón
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

¿Qué hacemos con el Dragón?

La cabeza del dragón es un sencillo cuento de hadas, que como todos los cuentos, esconde en su interior un gran tesoro. Relata las aventuras del Príncipe Verdemar que, expulsado de su reino, se embarca con la ayuda del Duende en la aventura de rescatar a la Infantina de las garras del Dragón. Estrenada en 1909, formó parte del proyecto de Jacinto Benavente “Teatro de los niños”, al que Valle-Inclán se sumó con vocación reformadora.

El príncipe Verdemar y la Infantina son la nueva generación que se enfrenta a un mundo construido por sus ancestros, lleno de leyes arbitrarias, que los condenan al destierro y a la muerte. Ellos están expuestos a ese mundo hostil. Matar al Dragón, como símbolo de la tradición, es su única salvación.

Lucía Miranda propone, sobre este argumento convencional, una reflexión metateatral. Valle-Inclán es tradición. Valle-Inclán es, por tanto, el Dragón. Es turno de las nuevas generaciones decidir la forma en que se relacionan con él. ¿Convertirlo en íntocable ídolo de oro al que venerar? ¿Destruirlo, decapitarlo y arrancarle la lengua? ¿Integrarlo y revitalizarlo?

CDN
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Aires de carnaval

Es en el aspecto escénico donde el montaje sobresale. La escenografía (Alessio Meloni) y el diseño de vestuario (Anna Tusell) logran una atmósfera mágica y sorprendente, con un punto glam, muy divertido y gamberro. La música (Nacho Bilbao) tiene un gran protagonismo. El repertorio es muy amplio y diverso. Podemos disfrutar de algunas excelentes voces, especialmente la de la sevillana Carmen Escudero, que interpreta al Duende, o Carlos González, como el antagonista Espandián.

Las canciones irrumpen en el texto para romper la cuarta pared y apelar en muchas ocasiones al mundo real. Con un tono cercano a la chirigota, se abordan con humor, las cuestiones de género e identidad, la corrupción, los problemas sociales y la política.

La cabeza del dragón
Foto de Bárbara Sánchez Palomero

Conclusión

Lucía Miranda nos ofrece una personalísima, musical y colorida versión de La cabeza del dragón, la farsa infantil de Valle-Inclán, con regusto a chirigota y carnaval y un punto gamberro y cabaretero. Su puesta en escena, visualmente deslumbrante, nos traslada al mundo de los cuentos de hadas. El teatro entero se convierte en un gran espacio de juego, donde tienen también especial protagonismo las cuestiones sociales y políticas de la agenda actual. Una obra divertida y disfrutona para espectadores con espíritu abierto y festivo.

Una vez hayáis visto la obra, espero vuestros comentarios en esta entrada del blog: ¿qué os ha parecido la función?,¿tiene actualidad el tema que trata?, ¿qué aspectos destacaríais: interpretación, escenografía, iluminación, música, vestuario...?


pdf de "La cabeza del dragón", de Valle-Inclán

    Por si queréis leer el texto de Valle, ahora que habéis visto la versión escénica de Lucía Miranda...

Querid@s alumn@s:

    Leyendo algunos de vuestros comentarios os diría, por un lado, que no hay que confundir el texto teatral de Valle-Inclán con la representación escénica, la versión que lleva a cabo la directora, Lucía Miranda, la cual enriquece el texto con unas intervenciones musicales de gran calidad, una colorista escenografía, un llamativo vestuario, unos actores de una gran diversidad, etc... Se espera, por esto último, un espectador de espíritu abierto y tolerante con la diversidad de género.  

    Por otro lado, convertir un texto teatral en texto escénico, sobre todo si se trata de una obra clásica, requiere de actualización y de una conexión con el espectador actual, con lo cual no nos deben chocar las referencias al momento actual (por ejemplo, el estupendo tema cantado por el actor que hace de bufón, acompañándose de un ukelele...)
     También debemos tener en cuenta que "La cabeza del dragón", en apariencia un sencillo cuento de niños y niñas, esconde una profunda crítica de Valle a los poderosos, a la monarquía, a los maltratadores de mujeres, así como una reflexión sobre la validez de ciertas tradiciones. Esta segunda lectura no es accesible al público infantil, pero sí al adulto.  La directora  de esta obra, en un proceso de buscar analogías contemporáneas, introduce canciones con textos que refuerzan esa crítica que hizo Valle y que hoy es completamente actual. Como os he dicho muchas veces en clase, la España actual es heredera de la España del 98, de ahí que, aunque hayamos mejorado muchísimo, la crítica de nuestro dramaturgo es plenamente actual e incluso universal; esa es parte de la genialidad de Valle.
    Un aspecto más que os quería comentar es que la obra que habéis visto es una farsa (obra cómica corta donde la realidad se deforma). Esta farsa y otras del autor (por ejemplo, la "Farsa y licencia de una reina castiza", crítica despiadada dedicada a Isabel II) introducen de alguna manera lo que será el gran logro de Valle-Inclán: el esperpento. Ya en las farsas vemos esos elementos esperpénticos, deformadores y ridículos, que  precisamente el vestuario ilustra y refuerza. Por tanto, creo que el vestuario es perfecto en este sentido. 
    Bueno, no me quiero alargar; en clase comentaremos otras cuestiones: por qué en el espectáculo se sustituye la espada de diamantes por el libro o por qué se rompe esa cuarta pared que separa el escenario del patio de butacas. A alguno o a alguna seguro que ya se le está ocurriendo la respuesta... Me contáis a la vuelta del puente.

Os comparto, por si os interesa, algunos enlaces para que leáis las reseñas que han hecho diferentes medios informativos sobre esta función:

Gracias por vuestras reseñas; son estupendas. ¡¡¡Sois unos craks!!!